25/2/17

LAS TABILLAS DE CRISTO


En 2008 un beduino encontró en una cueva en Jordania un conjunto de 70 tablillas de metal unidas como una carpeta de anillas, en páginas no mucho más grandes que una tarjeta de crédito, había imágenes, símbolos y palabras que parecen referirse a Cristo, sus discípulos, a la crucifixión y la resurrección. Pertenecían con toda probabilidad a cristianos que huyeron tras la caída de Jerusalén en el 70 d.C. Su contenido generó una gran polémica en 2011 cuando las tablillas vieron la luz por primera vez.

Jennifer y David Elkington, obtuvieron permiso del Departamento de Antigüedades con sede en Amman para analizar las tablillas y descubrieron que en el texto se dice que Jesús estaba recuperando una antigua tradición de la época del rey David, y no creando una nueva religión.

Muchos especialistas creyeron que estos documentos debían ser falsos hasta que los profesores Roger Webb y Chris Jeynes del Laboratorio Nodus del Centro Ion Beam de la Universidad de Surrey han analizado recientemente una de las tablillas de plomo, confirmando que es compatible con una muestra comparativa de antiguo plomo romano procedente de unas excavaciones realizadas en Dorset del siglo I.

El portal Ancient Origens precisa que cuando los investigadores analizaron el texto, descubrieron que la lengua utilizada en los escritos es paleohebreo. Sin embargo, como bien apunta el profesor Roger Webb, “Si el plomo es antiguo, la escritura es antigua. Pero no hay garantías de que lo que está escrito en ellas sea cierto.”

En la Biblia se refiere a Jesús como un “tekton” que se traduce generalmente como carpintero, pero en realidad significa un artesano experto y podría referirse a la habilidad de producir este tipo de trabajos en metal. Y la precisión es importante porque en opinión de Margaret Barker, antigua presidenta de la Sociedad para el Estudio del Antiguo Testamento, confirmó que en la Biblia se menciona un libro sellado.

Las tablillas de metal presentan numerosas estrellas de ocho puntas y mencionan los nombres de los apóstoles Pedro, Juan y Santiago, además de a Jesucristo.
Hay una cruz en primer plano, y detrás de ella lo que parece ser la tumba (de Jesús), un pequeño edificio con una abertura, y detrás los muros de la ciudad. También hay paredes representadas en otras páginas de estos libros y casi con toda seguridad se refieren a Jerusalén. Se trata de una crucifixión cristiana que tiene lugar fuera de las murallas de la ciudad.
De confirmarse la antigüedad de los documentos estaríamos frente a un hallazgo revolucionario.


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