4/1/16

EPIFANÍA DEL CRISTO


Epifanía (del griego: επιφάνεια significa “manifestación”), para muchas culturas las epifanías corresponden a revelaciones o apariciones en donde los profetas, chamanes, médicos, brujos u oráculos interpretaban visiones más allá de este mundo.
Es también una fiesta cristiana en la que Jesús toma presencia humana en la tierra y se “da a conocer”. En la narración de la Biblia Jesús se dio a conocer a diferentes personas y en diferentes momentos, pero el mundo cristiano celebra como epifanías tres eventos:
El Evangelio de San Mateo es el único que menciona a unos magos que vinieron de Oriente buscando al nuevo rey que habría de nacer. En las escrituras no se abunda mucho sobre su origen. Iban guiándose por una estrella que les condujo hasta Belén, donde buscaron al Niño Jesús recién nacido al que adoraron, la tradición los describe como reyes bondadosos con presentes para todos, asignándole un nombre y rasgos específicos a cada uno:
Melchor: Un anciano blanco con barbas blancas. Su regalo para Jesús es oro, representando su naturaleza real.
Gaspar: Joven moreno. Su regalo es el incienso, que representa la naturaleza divina de Jesús.
Baltasar: De raza negra. Su regalo a Jesús es mirra, que representa su sufrimiento y muerte futura.

Un ángel se apareció a los tres reyes magos y les advirtió del peligro que corría Jesús si ellos obedecían el deseo de Herodes. Así pues, no volvieron por el mismo sitio. Parece ser que, solo por el hecho de que el relato evangélico indicara que trajeron tres dones (oro, incienso y mirra), se dio por sentado que eran tres los personajes que los traían.
La primera vez que surge el nombre con que hoy conocemos a los Reyes Magos es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia). El friso de la imagen está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes. Esta procesión está conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, Melchor, Gaspar y Baltasar que supuestamente equivalen en griego a "Appellicon", "Amerín" y "Damascón" y en hebreo a "Magalath", "Galgalath" y "Serakin".
Poco a poco la tradición ha ido añadiendo otros detalles a modo de simbología: se les ha hecho representantes de las tres razas conocidas en la antigüedad y representantes de las tres edades del hombre.

La llegada de los Reyes Magos es un tema tratado también en los Evangelios Apócrifos. Según la tradición esotérica aplicada al cristianismo, estos personajes procedían del lugar donde se encontraba el Preste Juan que descendía de la raza de los Magi. Era rey de unos cristianos, que vivían en Oriente más allá de Persia y Armenia.
Otra leyenda cuenta que después de la Resurrección de Jesús, el apóstol Tomás los halló en Saba (India), que fueron bautizados y que se les consagró obispos; después fueron martirizados en el año 70 y fueron depositados en el mismo sarcófago. Los restos fueron llevados a Constantinopla por Santa Elena. Posteriormente, Federico I Barbarroja, en el siglo XII, las trasladó a Colonia, donde hoy reposan sus cenizas con las coronas que supuestamente llevaron durante su existencia. Actualmente en la catedral de Colonia, se veneran los supuestos restos de los Reyes Magos en una urna dorada colocada en el altar mayor.

Si bien parece contradictorio que practicantes de la magia (severamente amonestada tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento) sean admitidos como adoradores del Mesías, el término griego no era utilizado para referirse a hechiceros, en este caso se utiliza para referirse a hombres sabios o hombres de ciencia, San Mateo nos deja ver que eran astrónomos que conocían con precisión el movimiento de la estrella. También poseían conocimiento de las Escrituras (Mateo 2:5-6).

Otras leyendas indican que había un cuarto rey mago, al cual se le da el nombre Artabán, este rey mago no tiene fundamento bíblico. Los armenios suponen que fueron 12, por lo que les asignan doce nombres diferentes que tampoco se mencionan en la Biblia.

Fuente: Wikipedia

No hay comentarios:

Publicar un comentario